Los acontecimientos cósmicos, que enumeramos en el día de ayer, 3 KEMÉ, se integran en la Madre Tierra, y en nosotros.

Su influencia es profunda.

Han muerto y mueren conductas mecánicas, mandatos y creencias que obedecimos sin consciencia, y tal vez, para ser aceptados y queridos. Nos fabricamos máscaras. Y es probable que esas máscaras nos hayan confundido a nosotros mismos, perdiendo así, la guía para despertar y aumentar la consciencia.

Las máscaras caen, se deshacen… aparece el ser profundo. Y te dice: aquí estoy. ÉSTE SOY. TÚ ERES ESTE SER PROFUNDO.

Escúchalo. Su voz es tu voz verdadera.

Es el TIEMPO. ES EL INSTANTE CÓSMICO PARA LA VERDAD. Permite que tu latido se revitalice en el cauce real de tu vida y de tu destino. Tu Alma lo eligió.

En una auto-observación detallista, amorosa y enfocada, ¿percibes cambios en ti?

¿Hay cambios en las funciones vitales?

¿Hay altibajos anímicos? Son señales de que sí estás en la búsqueda de ti mismo. Soltando lo que es falso, aunque duela. Y abriendo el espacio para descubrirte y amarte.

O todo lo contrario. Puede ser la señal del dolor de darte cuenta que te aferras a lo que no te hace feliz.

El camino se bifurca.

Tú sabes por dónde continuar.

Es el Tiempo.

KIEJ, y en este proceso del cierre y de la apertura del Nuevo WASHAKEB B’AATZ, te sostiene.

Te susurra: ¡MANOS A LA OBRA!

Continuamos juntos, acompañándonos, en el AMOR Y EN LA ELEVACIÓN DE LA VIBRACIÓN.

ATRAVESEMOS LOS MIEDOS.

¡BENDICIONES!

¡LUZ!

Autora: Mabel Flores.